obsolescencia programada de los corazones en las cartas 

no siempre hay un lugar al que volver

(no siempre hay que volver a ese lugar

           para cerrar la puerta o desenchufar la plancha)

la noche nos priva de las ventanas y nos regala 

                 un cuadro de la vía láctea

de la cual nadie viene y de donde nadie nos llama

con qué materiales fuiste construidx, cabeza 

            de mármol, piel de arcilla

en qué momento aparece la conciencia 

                              y por qué borré de mí pedazos

que a la memoria retornan como el depredador 

           a la cueva

a chupar de la energía que me guardo para 

                         cuando al invierno se le ocurre venir

de qué material están hechos los que no encajan 

             en el moldeado

se humedece mi cuerpo y se resquebraja 

         el maniquí

y una lengua asquerosa brama en mi oído el nombre 

     de dios

por la ventana no queda noche o es todo lo que soy

  un paseo en carretera

una curva cerrada repleta de ánimas que por 

                      una vez olvidaron despertar

y su luz, lo único vivo en ellas, señalan 

            medio camino de lo que no llegaron a trazar

(ver arder la casa y las casas aledañas 

o perderlo todo por tratar

     que es perder un poquito más de lo que ya se tiene)

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