Figúrate en el filo de un rascacielos, o mejor —porque nunca has subido a uno—, de un peñasco, como quieras

¿cómo de fuerte es la furia del viento ahí arriba? Las gaviotas alzan estáticas el vuelo en dirección al sur

las nubes parecen que se corrieran (una diosa eyaculó la vía láctea)

si miras a tu ombligo las personas son estatuas

los autos fluyen como la sangre de una rata

o bien las olas y las algas son cabellos de ángel y tú el gatito que está a punto de tirarse

—nunca probé la sopa de gato— y el vértigo es una espiral que se desenvuelve tras tus pasos

siempre hay mil razones para no hacer algo

(el sabor de las ciruelas en verano, la dulce voz que rara vez piensa tu nombre 

la cola impúdica de un animal de compañía, su bailoteo eficaz, su saludo al sol más lindo de su día 

la puerta cerrarse y el aislamiento suficiente

un bosque siempreverde entre tú, la sociedad y la familia)

negacionistas amantes del desprecio y lo sumiso

la tradición no es un símbolo, es una disparo en la jeta, una violación

una gallina degollada que se arranca tarde del ritual y corre vertiginosa, sorda de la cobardía de las risas y los cantos

niega su muerte y la de sus muertxs

se entrega al fuego involuntario de una violenta desesperanza

la que alguna vez quemó el sentido de las iglesias y sus preceptos

(mata lo que de ti no tiene nada, dentro tuyo

aborta el sutil parásito que se adhiere a tu sistema

lo que te lleve a ser la presa, significante de alimento

formate o deforma otra capa de tu piel)

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