De la nada somos refugio a veces. El frío es presencia de vacío o. De la nada somos presencia de vacío y el frío pasa.
Este lugar me refugió tantas veces, miro y pienso. La pared. El cielo. Alguna estrella que titila.
Titila hasta acabarse.
Hasta gastarse de tanto repetir el cigarro. De tanto ver el espasmo de la máquina. Y la maquinaria haciéndose.
Cuántos más entre mis labios. Cuántas estrellas caerán, cuál será por fin.
De la nada somos refugio de lo ausente. Eso era.
Me duelen los ojos del gato pidiéndome comida. Ofreciéndome un juguete. Una rata que se mueve chistoso.
No, gatito. Eso no se hace. Y la rata baila de espaldas, al borde del escalón.
Recuerdo el calor.
Y me miraba tan lindamente, como si no existiera (otra cosa más linda en el mundo.)
De la nada somos refugio a veces, es la sangre que corre proyectada por las venas, dice. Un río magenta, o algo así...
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